Reina Valera Gómez 1Y respondió Zofar naamatita, y dijo: 2¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado? 3¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence? 4Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos. 5Mas ¡oh quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contra ti, 6y que te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece. 7Si escudriñas, ¿podrás entender a Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? 8Es más alta que los cielos: ¿qué harás? Es más profunda que el infierno: ¿cómo la conocerás? 9Su dimensión es más extensa que la tierra, y más ancha que el mar. 10Si Él corta, o aprisiona, o si congrega, ¿quién podrá contrarrestarle? 11Porque Él conoce a los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso? 12El hombre vano se hará entendido, aunque nazca como el pollino del asno montés. 13Si tú apercibieres tu corazón, y extendieres a Él tus manos; 14si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more maldad en tus habitaciones; 15entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y no temerás; 16y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron; 17y tu existencia será más clara que el mediodía; Resplandecerás, y serás como la mañana; 18estarás confiado, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro. 19Te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos implorarán tu favor. 20Pero los ojos de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; y su esperanza será como el dar el último suspiro. |